La temporada llega a su fin, y espera un verano de los más movido, no podemos meternos en el sinvivir del día a día especulando con fichajes sin repasar, un poco, lo ocurrido en Europa.
Si en el teatro creen en los sueños, es gracias a él. |
Me gustaría empezar por Inglaterra, ese país lluvioso en el que nació este deporte y en el que un padre del fútbol, tal y como lo conocemos ahora, nos deja. Nos deja sin alineaciones imprevisibles hasta minutos antes de cada encuentro, sin el chicle por el que se marchaba cualquier pizca de nerviosismo, sin el equipo de la eterna renovación que parecía no tener fin. El Manchester no fue nadie sin Busby hasta Fergie, parece difícil una transición tan lenta otra vez, con un Manchester colocado entre los clubes más ricos del mundo, en el fútbol en el que es cada es más complicado que no mande don dinero. Solamente el tiempo hablará, pero en el banquillo seguro estoy, de que habrá un asiento menos, que jamás se llenará. La corona que adorna el trofeo de la Premier, se quedará para siempre sobre la cabeza de su gran rey, Sir Alex.
Sin cambiarnos de ciudad, parece que si vamos con una pelota por la calle y no le pegamos del todo mal nos colocan ya un cheque en blanco delante de nuestras narices. Se han hecho mal las cosas en los citizens, Txiki tiene mucho que arreglar, por lo menos, tiene una idea de lo que quiere. Ingeniería dirigiendo y magia española llevando la voz cantante.
En un breve viaje a la capital podemos ver en el norte a unos blues que piden a gritos la vuelta de Mourinho mientras celebran la Europa League, un título que no está ni mucho menos a la altura de su presupuesto.
Si se pudiese resumir lo demás, el Liverpool parece estar bajo la gestión de Yoko Ono, mejor que Bill Shankly no levante la cabeza, porque vería al Everton mejor, sobre el Arsenal, sigo esperando a que Wenger se plantee de verdad, volver a ser invencible.
Por el canal de la Mancha viajamos ahora por un túnel empapelado con billetes, en la salida nos encontramos en el Parque de los Príncipes de París, hogar del nuevo campeón de Francia. Más millones que juego y un buen entrenador han servido para lograr una buena actuación y títulos en la temporada de la gran inversión del Jeque. Pero se avecinan curvas, un órgago de la ciudad que más entiende de eso, Mónaco. Sin impuestos y con una billetera que por ahora no le vemos el fondo plantearán una genial batalla sin cuartel en la Ligue 1, que quiere crecer, pero va camino de liga de dos. A pesar todas estas inversiones brutales, supongo que Aulas preferirá seguir vendiendo.
En Italia, el color es el celeste, del mejor Napoli desde Maradona y del Lazio campeón de Copa. La Juventus no tiene rival en la liga, las cosas se están haciendo muy bien en Turín pero la guinda de la Champions parece lejos todavía, y a Pirlo no le queda tanto tiempo como para esperar. Milán, la capital del norte, vive una tragicomedia y además, esperpéntica, todos venden, compran poco y el fútbol brilla por su ausencia. A unos les viene el rey mago Baltasartelli y en 5 meses les salva la temporada, en contrapunto al milagro rossonero el Inter, que la debacle en la segunda mitad de temporada les deja sin Europa. El jogo bonito lo pone la Fiore y el nombre que no termina de volver a aparecer, el del AS Roma, en el que solamente el orgullo de Totti no sirve para devolver al club a su lugar adecuado.
Quisiera dedicar un inciso al club con el que el fútbol ha sido más desgraciado, este no ha sido otro que el Benfica, el club portugués termina la temporada a cero después de poder optar a todo hasta el final, y que final, hasta pocos minutos antes del fin cada uno de los partidos en los que se jugaba todo. El fútbol se lo devolverá, los herederos de Eusebio merecen premio. La liga se la ha robado el Oporto, de fútbol alegre y de magia sudamericana, gestión impoluta y de título por año, un ejemplo.
Nos recogen en Portugal para hacer un largo viaje, vamos en coche alemán, nos dirigimos a su país de procedencia, el de los dos reyes de Europa esta temporada. Alemania mandando en política y logrado ese objetivo vienen a por el fútbol. Gestión perfecta, campos llenos, buenas inversiones, competitividad, grandes bazas que aúpan a la Bundesliga al mismo nivel que las tres grandes de siempre.
El Bayern partía con un equipo de ensueño allá por el final del periodo estival y ha cumplido más que todas las expectativas logrando el triplete, un martillo pilón que aún no se ha cansado de machacar. Estos halagos hacia el Bayern engrandecen más a su rival, el Dortmund, porque si el Bayern es Nadal, los de Borussia son Federer. Han vendido, mucho, estrella por año, se han sabido renovar, ganaron dos ligas consecutivas y cuando se centran en Europa llegan a la final, con un 4-1 ante el rey del torneo, el Real Madrid. Mucha juventud y pretenden seguir con el proyecto, llegarán muy lejos, ya saben que la Champions no es una utopía.
Analizado el nivel club, no podría dejar de escribir sin hablar de los jugadores que me han hecho, a mí y a todos, vibrar durante esta temporada. Empezamos con un Michu sobresaliente en la Premier, dispuesto a comerse el mundo y terminamos con un Robben que por fin gana una final, y con él de héroe en los instantes finales. Grandes momentos de goleadores que llegan, como Benteke, que vuelven a su nivel, como Torres o que siguen siendo brillantes estén donde estén como Ibrahimovic. Viviendo grandes momentos de los tríos de juventudes Mata-Óscar-Hazard y Gotze-Lewandowski-Reus. Y Bale, solito, dejándonos sin aliento.
Hubo momentos para los récords, los grandes llegadores ingleses nos lo recordaron, Lampard y Gerrard. En Italia la versatilidad de Vidal y el instinto de Balotelli pusieron algo casi tan bonito como las conexiones Valero-Pizarro-Jovetic de la Fiore. Aquí también hay lugar para los derrotados, muchos centrales tienen pesadillas aún con lo que le hizo de espaldas Cardozo o la ubicuidad de Matic. Esta temporada despedimos a Beckham, a Scholes y a Owen, Inglaterra va perdiendo a la generación que pudo ser de oro y no fue. España sigue mientras tanto, expandiendo la edad de oro que sí que ha sido por todas estas ligas Europeas, y como resultado, vienen a por más.
El fútbol no sería fútbol tampoco sin los entrenadores. El año sin Guardiola, el mejor de los últimos tiempos ha sido el de su predecesor en su vuelta, Heynckes. La despedida de Ferguson y el brillante trabajo de Klopp y sus chicos han sido dos hechos a destacar. Conte lidera el gran proyecto juventino con buena mano mientras en Italia cambian los demás cromos en el banquillo. Parece que Mou vuelve a por todas a Inglaterra y dará mucha, pero que mucha, guerra. Mientras allí nuestro español Bob Martínez se va triunfante del Wigan con una FA Cup.
Así queda el primer artículo, el capítulo uno del epílogo de esta temporada 2012/2013 en las ligas Europeas. Pronto estará el de España. Busquen, lean y recomienden y compartan pero no comparen pues esto del periodismo, aunque muchos actúen mal, no es una competición. Disfruten cada temporada como si fuese la última, nunca sabremos cuando llegará a su fin este deporte de las fantásticas pasiones.
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