viernes, 19 de octubre de 2012

Doctorado en Ingeniería Futbolística

"Un zapatero es aquel que hace zapatos"  Sócrates.

Un joven no debía estar muy atento en la clase de filosofía y con esa lección sin aprender se encaminaba hacia su carrera como "Ingeniero de fútbol". Tras estudiar y jugar al fútbol de manera bien compaginada, a pesar de jugar en el equipo de Universidad rival de la de sus estudios. Jugaba en la "U" de Chile y se educaba en la Católica de Chile. Tras jugar trece años solamente tardó dos en tomar las riendas del equipo al que había servido tantos años como entrenador. Después de pasearse por varios clubes de Chile obtiene sus mejores resultados en el gran rival, en el Universidad Católica, en el club que representa a los que educaron su mente.

La alternativa de los banquillos era mucho más atrayente que la ingeniería civil y más aún con lo que vino después de entrenar en Chile buscando nuevos retos llega al Liga de Quito, un clásico. Hizo campeón al club y se tuvo que marchar, afortunado con su destino. San Lorenzo. Uno de los grandes clubes de Argentina que le catapultó al sueño de entrenar en el Monumental de Buenos Aires. Continuó ganando en River y aquí comienza el Pellegrini que todos conocemos más, comienza el SuperSubmarino del Ingeniero.

Se para el mundo un instante, el Submarino falla con su torpedo.

El equipo que convirtió a una pequeña y humilde ciudad en el punto de mira de toda España y parte del mundo. El Madrigal fue visitado por clubes como Inter, Manchester y Arsenal. La ciudad y el club eran uno y eran uno bajo la batuta de Manuel Pellegrini. Voy a ponerme a citar de memoria al gran Villarreal de Pellegrini: Riquelme, Forlán, Héctor Font, Arruabarrena, Sorín, Marcos Senna, Tacchinardi, Jose Mari Javi Venta, Guayre, Guille Franco, Peña, Josico, un jovencísimo Cazorla y el capitán Quique Álvarez. La memoria para las cosas importantes no falla, seguramente os suenan la gran mayoría porque España, en 2006, llenaba con más amarillo su bandera y ese amarillo pertenecía a un Submarino, no del que hablaban los Beatles sino del que un penalti le separó de la gloria que le preparaba el destino, de una final de Champions española, de ser un equipo para recordar por muchos años. Si del subcampeón casi ni se acuerdan muchos, imagínense del semifinalista. El destino envió allí a Riquelme, sí, al 10 de Boca más querido casi tras Maradona, piensen en lo que puede ser Zidane para los madridistas o Cruyff para los barcelonistas, pues para el Villarreal ese hombre era Riquelme. El penalti acabó con la vida del futbolista a esta orilla del Atlántico, para mí, uno de los momentos más tristes de la última década en el fútbol. "El fútbol no es solamente una cuestión de vida o muerte sino algo mucho más importante que eso"

Tras darlo todo por el Villarreal pensaría que quizás era el momento de dejar de buscar cracks bajo las piedras y vivir con presupuestos modestos, aunque consiguió que el club tuviera unos ingresos mucho más dignos, y fue seducido por la Galaxia Tomo II de Florentino, Valdano creyó en el como la piedra sobre la que sustentaría el nuevo universo de estrellas. Mucho más español en el equipo y un fenómeno a la cabeza como Cristiano. Jugadores había pero faltaba lo más importante, el equipo, todos nuevos, acoplarlos no sería trabajo fácil. El Ingeniero tuvo a la prensa de Madrid soplándole en el cogote desde el primer momento, tras la derrota, vergonzosa para un club como el Madrid, contra el Alcorcón ya tenía a esa prensa en la chepa y tras caer otra vez en octavos de la Champions contra los de siempre, el Lyon, ya estaba con los dos pies fuera del Madrid. En Liga consiguió buenos resultados pero fue en vano, evitó ridículos contra el mejor Barça de la historia que a otros les costó evitar y acabó la liga con récord para el Madrid al sumar 96 puntos además de realizar un juego bastante bello y con muchos goles. De todas formas, era el fin, pesadilla en Castellana Street terminada pero con una experiencia que no muchos pueden presumir de tenerla.

Parecía el comienzo de una gran amistad...

A partir de aquí comienza lo más actual, lo que está en nuestro recuerdo más cercano. El Jeque del Málaga confía en el para salvar al club del descenso en el año de la primera pequeña inversión. Al año siguiente Pellegrini ya con el equipo montado desde el principio y con su niña bonita, Santi Cazorla, guía al club hacia los puestos de Champions superando todos los pronósticos y objetivos para la primera temporada de la gran inversión. Juegan de cine y obtienen resultados de cine. La película continúa, esperemos que esta vez sí, tenga final feliz. El gran Manuel Pellegrini se lo merece.

La Rosaleda se viste de Madrigal, a veces me parece ver a un equipo de amarillo en vez de azul y blanco, miro la clasificación y los amarillos ni están en primera, quizás tampoco lo estaría el Málaga sin Pellegrini. En Alemania quieren Ingenieros españoles, aquí queremos Ingenieros Chilenos, pero no para realizar su trabajo, sino para hacernos disfrutar a los aficionados del fútbol.

Futbolation - @futbolation




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